Zidane se movía con la prestancia de un torero. Con deslumbrante maestría y clase suprema, él orquestaba el juego con inspiración divina. Sus pases eran milimétricos, como pinceladas magistrales en un lienzo en https://sabrinanoxk225599.articlesblogger.com/60901346/qué-motivó-el-gesto-de-zidane-en-2006